Renata Cabrales en su presentación trajo a colación una cita del periodista argentino Pablo Mancini que se refiere a lo que es el periodismo actualmente. “Es poner en circulación información que no está disponible y encontrar conexiones novedosas entre la información que ya está disponible. No importa el soporte ni el formato narrativo. Lo esencial es hacerlo de tal forma que sea socialmente relevante y económicamente viable”.
Lo anterior supone un gran reto para la industria del periodismo puesto que la verdadera esencia de este se fundamenta en informar a las personas con la verdad, más allá de generar ingresos. La responsabilidad que implica el hecho de hacer buen periodismo es muy alta por el impacto que representa ya que es generador de diferentes modelos, criterios y concepciones que se reflejan en el actuar de la sociedad.
No obstante, apartar los intereses económicos de la producción periodística es un hecho muy complejo porque las empresas que se dedican a este oficio deben subsistir de alguna manera y es en ese momento en el que se originan diferentes contradicciones y dilemas que ponen en juego directamente la ética de los periodistas.
En el caso de los medios digitales la relación “relevancia vs sostenibilidad” implica un desafío aún mayor por el mismo carácter del medio que se consolida como inmediato, de acceso general e interactivo. Buscar el equilibrio entre estos dos aspectos no es tarea fácil porque en muchas ocasiones lo que el usuario quiere o creemos que necesita y lo que al medio le interesa mostrar para vender va en contravía.
El periodista en teoría debe adoptar una posición neutral y hacer lo que mejor pueda para el beneficio de ambos lados, sin embargo esto no es tan fácil como decirlo y tiene unas exigencias que debe establecer el propio periodista asumiendo la importancia de su rol, para no caer por ejemplo en la banalidad, en la falta de veracidad, entre otros aspectos que impidan cumplir el principal objetivo del oficio.
Es importante que el periodista identifique sus propios límites y hasta donde está dispuesto a ceder en dado caso de que se le presente una situación que lo ponga entre la espada y la pared y lo lleve a romper sus criterios.
Lo ideal, por supuesto, es buscar siempre un equilibrio entre las dos partes y no perder nunca el objetivo; hay que ser conscientes de los intereses que se manejan e intentar actuar ecuánimemente para que los resultados se vean reflejados de manera positiva tanto en el trabajo que se realiza como en la sostenibilidad del medio.
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Claro. Además este dilema o reto no es solo del periodista si no del editor que, como nos contaba Renata con ejemplos del periódico, a veces casi en contra de la voluntad o criterio del periodista “toca” sacar historias porque los criterios comerciales de las métricas lo exigen, o por compromiso comerciales del mismo medio o grupo económico. O por el mismo criterio que existía incluso desde antes de internet: porque está en otros medios.
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